El festival de apertura fue un gran éxito. Sin embargo, después de esas coloridas fiestas, el problema de los pagos a los comerciantes persiste. MjölImile les ofrece pagarés, pero ellos solo aceptarán monedas de oro enanas, insistiendo en seguir las leyes internacionales, y se niegan a confiar en Tempest. A la mitad de la discusión aparece Muesé, un noble del reino de Ghastone, para intervenir a favor de Rimuru y hacer que “le deba una”. Pero Rimuru descubre sus intenciones y contraataca.